La expresi?n m?s habitual al finalizar una consumici?n en un bar o restaurante es:?la cuenta, por favor?. Si la primera impresi?n es que la cantidad es razonable, no suelo revisar el desglose; una mala costumbre porque cualquiera se puede equivocar. Igual de malo que no conocer los precios del plato elegido antes de pedirlo. Y eso es lo que he experimentado de modo reciente.
Hace poco, de vuelta de un viaje, mi amiga y yo nos detuvimos a almorzar en una localidad que conozco bien por estar en la ruta a mi pueblo natal. La primera impresi?n del restaurante elegido fue buena: una terraza agradable para un d?a en el que la temperatura invitaba a disfrutar de ella, y una carta con propuestas apetecibles, aunque enseguida comprob? que no ten?a opciones para una vegetariana como yo.
Mi acompa?ante ten?a clara su elecci?n, pero yo tuve que preguntar al camarero qu? platos pod?a ofrecerme que no tuvieran ni carne ni pescado entre los ingredientes. Despu?s de mirarme con sorpresa ?seguramente porque no est? acostumbrado a que en el pueblo del jam?n alguien le diga que no lo come?, se ofreci? a preguntar en la cocina. Volvi? con una sugerencia atractiva: salteado de boletus con jam?n, aunque me lo servir?an si el jam?n. El plato no estaba en la carta, no sab?a cu?nto costaba, y, siendo sincera, no tuve la prudencia de preguntar.
Despu?s del desayuno frugal de aquel d?a y las horas de coche, comimos con apetito las viandas que nos sirvieron. EL plato de boletus era generoso; no obstante, el paladar me indic? que, pese a que hab?an retirado los trozos de jam?n, el salteado hab?a sido cocinado con ese ingrediente.
En el momento de pedir la cuenta, lleg? la sorpresa por la ?clavada?. El salteado de boletus duplicaba con creces la hamburguesa de retinto que degust? mi amiga; era la primera vez en todo el viaje que mi men? vegetariano ten?a un coste superior al de mi acompa?ante. No pude contener una exclamaci?n (??soy vegetariana pero no?!?), a la que sigui? una protesta. El resultado fue que nos descontaron 2,70? (para redondear la cuenta).
Para los que elegimos la opci?n vegetariana resulta a veces dif?cil encontrar alternativas m?s all? de las espinacas con garbanzos, las patatas bravas, o la tortilla de patatas y te miran raro si dices que no quieres jam?n. Eso s?, habitualmente los precios no son tan elevados como mi plato de boletus, que al parecer me hab?an cobrado al mismo precio que el hom?logo con jam?n, el cual ped? expresamente que me retirasen. Deber?a haber preguntado el precio antes de pedirlo pero eso no elimina la sensaci?n de que he sufrido una injusticia, otro suceso m?s de muchos que podr?a contaros desde que eleg? seguir una dieta vegetariana.
Queridos lectores: ?Hab?is tenido alguna experiencia similar con la cuenta de alg?n restaurante??Alguien m?s siente que es dif?cil encontrar ofertas vegetarianas apetecibles m?s all? de las ensaladas?
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Tu querida amiga Maite tiene- la buena- costumbre de revisar todas las cuentas. En un alto porcentaje encuentra errores que, vaya casualidad, siempre es a favor de la casa ? de la tienda donde compre. A m?, antes, me parecia ridiculo. Ahora soy su m?s ferviente defensor porque, te lo aseguramos, nos hemos evitado clavadas e incluso nos ha servido para borrar de nuestro itinirario algun que otro lugar, «hacer la cruz se llama».
No me digas donde ni como se llama (debes rebuscar en internet) nos han comentado de un par de sitios vegetarianos de buen nivel. O los pruebas t? ? nos dejas acompa?arte (mirando los precios y las cuentas) con las compartidas experiencias. Besetes
Gracias por tu aportaci?n. Me parece una idea fant?stica explorar la oferta vegetariana de la ciudad. Ya tenemos planes.