Uno de los detalles que permiten apreciar que los profesionales se preocupan de su marca personal lo encontramos en que, junto a su nombre, cuando se presentan en redes profesionales o en conferencias, suele aparecer un lema. Éstos son muy variados, y en pocas palabras reflejan alguna idea importante para ese profesional. A veces se trata de frases motivadoras, otras son citas más o menos célebres.
Dice Paloma GM, en una publicación de 2017 (publicación), que las redes están inundadas de estos mensajes positivos con los que los autores quieren animar a los demás a perseguir sus metas. No le falta razón, incluso el enunciado que acompaña a mi blog desde su lanzamiento está claramente dentro de esa categoría de frases motivadoras, y, aunque nunca lo señalo, está tomada del libro: “El monje que vendió su Ferrari”, de Robin Sharma.
¿Por qué elegí esta frase? En el momento de su lectura entendí cuál era el mensaje: si tienes un proyecto, una idea, un sueño, es porque tienes la esencia para llevarlo a cabo, para materializarlo. Esto no implica que sólo con desearlo se haga realidad; al contrario, necesita un alto grado de compromiso y tomar acción. Necesita dedicación, trabajo duro y muchas veces también formación. Pero si lo tenemos en mente, lo tomamos y lo desarrollamos; incluso podría suceder, como también leí en algún otro libro, que se nos escape y otro se apropie de él. Algo así como si las ideas estuvieran buscando un ejecutor.
También me gusta la frase porque hablar de sueños es mirar hacia adelante, y eso es lo que hacen los estudiantes al terminar la Universidad, mirar hacia su futuro profesional. Aquí hay que tener en cuenta un punto muy importante que apunta Eva Collado (El mundo cambia ¿y tú?): los sueños sólo tienen sentido cuando los pasamos a objetivos, de objetivos a metas y de metas a resultados. Todo eso es lo que tratamos de establecer cuando trabajamos en el proyecto de TFG-MP en el que los participantes diseñan su plan para entrar en el mundo laboral: pasar de tener un sueño a tener un plan que conduzca al mismo.
Mi lema también causa rechazo a veces. Yo tengo alguna voz en off que suele hacerme los comentarios necesarios para bajarme los pies a la tierra. Son mis hijos, y ellos dicen que esta frase no es cierta. “Si quiero llegar a ser jugador de la MBA, o millonario, sólo por soñarlo y desearlo no va a suceder”, argumentan con razón absoluta. No sólo se requiere trabajo, compromiso y un buen plan para alcanzar tu sueño; tiene que ser un sueño acorde con uno mismo, con la propia esencia y misión (de esto hablaremos en otra publicación). Por eso es tan importante tener un sueño definido al acabar los estudios universitarios, ya que, como aparece en el libro citado al principio:
“Cuando te inspira un objetivo importante, un proyecto extraordinario, todos tus pensamientos rompen sus ataduras: tu mente supera los límites, tu conciencia se expande en todas direcciones y tú te ves en un mundo nuevo y maravilloso. Las fuerzas facultades y talentos ocultos cobran vida, y descubres que eres una persona mejor de lo que habías soñado ser”.
Te pregunto a ti, querido lector o lectora: ¿cuál es tu sueño?
Sueño… «Descubrir tu sueño»
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