Es difícil hablarle a una persona joven pero no adolescente (pongamos por caso un recién licenciado o alguien que está a punto de terminar sus estudios universitarios) de la muerte. El simple hecho de sugerir: “Imagínate en tu lecho de muerte, mirando hacia lo vivido; e imagina qué te gustaría sentir o pensar en ese momento” es difícil porque en plena juventud uno no piensa ni en la muerte ni en un final. Es el momento en el que estamos llenos de ilusiones, de proyectos, y de sueños. Añadiría que es complicado también porque vivimos en una sociedad que, en general, no habla de la muerte; aunque esto es un debae que se escapa de esta publicación.

En mi caso personal yo hice esta reflexión cuando escuché “El poder de la intención”, una conferencia de Wayne Dyer -autor conocido como el padre de la motivación- en la que contaba el momento en el que su tío le regaló el libro de Leon Tolstoi: La muerte de Iván Ilich. Tras leerlo, Wayne Dyer decidió que no quería morir “con su música dentro”, y a partir de ahí elaboró un programa para ayudar a otros a encontrar su propósito. 

Visto desde ese final ineludible, nuestra vida, nuestros hechos y decisiones, lo que hacemos personal y profesionalmente, imprime una huella. Si nos detenemos y pensamos, podemos elegir qué legado queremos dejar; en lo profesional esto se traduce en qué impacto provocaremos en el mundo que nos rodea. No nos referimos a grandes gestas; pueden ser simples, pero no por ello menos importantes porque son nuestras, muy personales. Si vamos a dejar una impronta, ¿por qué no hacerlo de manera consciente? Esto es, tomar las riendas y decidir cómo va a ser. 

El momento de finalizar la Universidad es un hito que facilita pensar en términos del propósito que nos impulsa, como punto de apoyo para generar un proyecto y para dar los primeros pasos en el entorno profesional. Así que he decidido hablar a mis estudiantes de la manera de desarrollar su propósito para que se convierta en su huella. 

Esta es la idea que me inspiró cuando planificaba el proyecto de tutorización de trabajos de fin de grado (TFGs) para mi alumnado: darles las claves para iniciar su andadura profesional teniendo en mente la impronta que quieren dejar. Este argumento se traduce en el diseño de una Marca Personal propia y, aunque muy desarrollada en el área de marketing, desde mi humilde punto de vista, tiene una aplicación más amplia. 

Expandir el concepto de Marca Personal de manera que se integre con el propósito de vida, y aplicarlo a un momento tan concreto como el paso de la vida de estudiante a la vida profesional, constituye el alma de este proyecto y de esta parte del blog. Por eso vamos a hablar de aquí en adelante de huella personal y lo vamos a representar con la imagen que creó Lourdes Cebaqueda Prior, una de las alumnas tutorizadas el primer año en el que se aplicó este proyecto (curso 2019/20). 

Y tú, ¿has pensado alguna vez qué huella quieres dejar? 
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