No puedo competir con Carlos del Amor al hablar de museos; pero gracias a ?l me he enterado que en Twitter se celebra #MuseumWeek2016. Con este hashtag (almohadilla) y uno espec?fico cada d?a de la semana, museos y particulares han participado en la difusi?n de actividades, patrimonio y tesoro conservado, experiencias individuales? aunque esta fiesta de la cultura no ha llegado a ser trending topic (tendencia).

No s? si es el primer evento que se promociona a nivel mundial en esta red social, o si la iniciativa continuar? llegando a tener una semana para todo, casi como los ?d?as mundiales de?, pero lo cierto es que me hizo repasar mi experiencia con los museos y las preguntas que siempre me surgen.

Empecemos por los museos que visit? en mi estancia en Bielorusia, aunque deber?a decir mejor ?el? museo que visit?. Fue en Brest, y aunque hay uno sobre m?quinas de tren antiguas y otro en La fortaleza dedicado a los sucesos que all? ocurrieron, yo s?lo visit? el Museo de la Historia Regional y Local de Brest. Lo que se mostraba, tras un proceso de remodelaci?n y modernizaci?n, eran fotos, piezas e interpretaci?n de la Historia de la ciudad, que pude apreciar y comprender gracias a la ayuda de la profesora Larisa Maksimuk que me traduc?a los carteles. Os dejo algunas fotos.

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Por supuesto cuando visito alguna ciudad, alg?n museo tambi?n entra en la ruta. As?, aprovechando cualquier estancia en la capital visito El Museo del Prado, lo que le convierte en? el que m?s he visitado; aunque en la capital tambi?n est? El Museo Sorolla, con ese cuadro que a mi cu?ada y a m? nos gust? tanto, ?La Madre?.

Si seguimos con la pintura cuento entre mis recuerdosel Museo de Orsay en Par?s, que disfrut? mucho m?s que el inmenso Louvre. Y en Par?s, pero de escultura, el Museo Rodin exhibe, entre otras, El Beso, obra que me cautiv?.

No voy a enumerar m?s, ser?a tedioso, quiz?s en otra ocasi?n. Seguro que, como yo, hab?is tenido la sensaci?n de aburriros en los museos. Habr?is experimentado ese cansancio que se siente despu?s de el andar pausado de vitrina en vitrina, de cuadro en cuadro; cuando ya no te apetece leer m?s esos carteles con letra peque?a que obligan al p?blico a acercarse. Os habr?is preguntado por qu? algunas piezas son dignas de estar en el mueso y otras no; o d?nde pretend?a el pintor que se colgara el cuadro que pintaba; o incluso (yo me lo pregunto muchas veces) si alguien compraba las obras, o de qu? viv?a el artista, sobre todo si se trata de artistas que rompen tendencias y crean vanguardias.

Despu?s de disfrutar la Dama del Armi?o, de Leonardo Da Vinchi, en el Castillo de Wawel (Cracovia) la reflexi?n fue un poco m?s sobre qu? hab?a sentido. Se trataba de una obra tan conocida y vista en libros, que ver el original custodiado por dos guardias, en una sala de especial seguridad, no me hizo sentir ninguna emoci?n. ?Deb?a sentir algo m?s especial?

No puedo dejar de referirme a los acompa?antes. No es lo mismo una ruta por un museo con alguien entendido en la materia, que te ilustra y explica; o incluso con un gu?a que ameniza el recorrido y atrae tu atenci?n sobre detalles que pasar?an desapercibidos y cuenta an?cdotas, que con ni?os o adolescentes.

Museos de pintura, de escultura, de artes y costumbres, arqueol?gicos, de historia de la ciudad, de las catedrales, de la naturaleza, ?? ?qu? experiencia record?is y qu? an?cdotas ten?is?

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