Dicen mis amigas que viajo mucho; y debe ser verdad porque:
He viajado en coche, avión, tren, autobús, barco, carriola, en camello, a pie…
He caminado por paisajes desérticos y descansado a la sombra de rocas.
He bajado a cuevas de estalactitas y hasta el punto más bajo respecto a el nivel del mar.
He subido a riscos donde construyeron castillos. Ascendido a rascacielos y a torres con campanarios para admirar el horizonte, rural o urbano, desde tales atalayas.
He visitado construcciones religiosas: catedrales de impresionante porte y magnífica decoración, así como pagodas y estupas en países lejanos. También grandes urbes y pueblos pequeños e incluso abandonados.
He caminado senderos muy transitados y remontado torrentes angostos.
He conducido kilómetros por carreteras nacionales y extranjeras.
He visto la vegetación que crece en los mogotes, campos de arroz y palmerales de dátiles, cascadas, arroyos y acantilados espectaculares.
He visitado museos de pintura, de escultura, etnográficos, exposiciones temporales; con obras muy famosas y otras desconocidas.
He disfrutado de obras de teatro en ruinas romanas, de espectáculos de luz y sonido sobre edificios históricos, de bailes regionales y danzas modernas.
Me he bañado en ríos, y mares con distinto grado de salinidad, incluso en cascadas de agua caliente.
He dormido en cabañas, en hostales, en albergues para peregrinos, hoteles de lujo y casas de amigos.
He viajado sola o acompañada.
De todo eso tengo pruebas en muchas instantáneas que me gusta compartir; pero no hay fotos del antes y después del recorrido, de la aventura más importante.

Porque nada de lo enumerado antes tendría sentido si no hubiese un viaje al interior, dirigido al conocimiento propio, a los sentimientos más escondidos; una búsqueda de respuestas a las preguntas sobre la vida.
Éste es para mí el viaje más importante, sin el cual, los demás no tienen sentido.
Y para vosotros, queridos lectores, ¿qué viajes os atraen? ?cómo es vuestra forma de recorrer el mundo y la vida?
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Te falta viajar en un medio de transporte ?nico, identificativo de un lugar de culto y porque no decirlo, ultra rom?ntico. La g?ndola veneciana es algo que todo el mundo deber?a probar. Te lo recomiendo
PUes estuve en Venecia hace mucho, pero no recuerdo haber montado en g?ndola. Y, por ahora, no es mi intenci?n volver, aunque nunca se sabe. A cambio en Myanmar cruc? el Lago Inle en barca y no creo que la experiencia tenga nada que envidiar a Venecia. Entre otras cosas porque es naturaleza salvaje y espectacular; al bell?simo atardecer le sigui? la dram?tica noche cerrada, sin luces y teniendo que confiar en el barquero que nos conduc?a por ca?averales cercanos a la orilla. Me va m?s la aventura que el romanticismo, al menos a estas alturas de mi vida. Gracias por animar el blog y por la sugerencia; si me vuelvo a enamorar considerar? la alternativa.