?Huele a libro nuevo?, dijo Victoria cuando abr? el nuevo manual de la asignatura para comprobar una informaci?n.
A mi mente vino el recuerdo de otros olores escolares: el rollo de pl?stico para forrar libros, las virutas despu?s de sacar punta a los l?pices nuevos, los cuadernos a?n sin estrenar.
Olor a tierra mojada, a pasto reci?n cosechado, a regad?o, a tomateras, a matas de poleo?
Olor a caja de manzanas en la bodega, a melocotones, al cocido que se hace lentamente en el anafre, a tomate frito en la sart?n?
Olor a jazmines y dama de noche, a nardos, a albahaca?
Olor a perfumes, el rastro que deja un compa?ero en el pasillo y que te permite identificar qui?n acaba de pasar, el de un amigo, el que permanece en las s?banas?
Olor a bicho muerto, a alcantarilla, a contenedor de basura, a rinc?n usado para orinar, a patata? o a cebolla podrida?
Olores nauseabundos o seductores, agradables o desagradables? Cada olor ir? ligado a una imagen, a sensaciones de placer o desagrado, a situaciones, a personas.
Creo que uno de los sentidos que tengo m?s agudizado es el del olfato, por supuesto no el de la vista que corrijo con gafas. Sin embargo, ser?a muy vanidoso por mi parte compararme con el protagonista del best-seller: ?El perfume: historia de un asesino? (1985), al igual que con su escritor, Patrick S?skind, en la utilizaci?n de la palabra para describir las sensaciones que me producen los olores.
Es muy probable que los olores, al igual que la m?sica, influyan en nuestro estado emocional, y de eso saben los que se dedican al ?marketing olfativo?. A parte de los enumerados antes, en mi memoria est? la primera sensaci?n al entrar en la residencia de estudiantes de Brest, el olor a cerrado, a humedad, olor desagradable y desconocido. O c?mo ol?an mis hijos al nacer. El olor presente en La Habana. O c?mo al probar un habano liado de forma artesanal, el humo me evoc? ?la protecci?n de mi padre en mi ni?ez.
Hoy no hay foto que acompa?e al texto, del?itense en los olores que encuentren, p?rense a reconocerlos.
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Me encantan los olores , siempre les digo a mis hijos y a mis sobrinos que para poder ligar deben de oler bien, no se les puede olvidar echarse colonia. Yo tengo que decir que una de las cosas que me gustaron cuando conoc? a Manolo era lo bien que ol?a y que huele
Soy testigo de que lo dices. Pero a parte de la colonia, cada uno tenemos un olor personal que nos identifica, nos atrae o nos hace sentir rechazo. Y no se enmascara con perfumes.