The Quiet American de Graham Greene y The Girl in the Picture de Denise Chong, han sido la aportación que un querido amigo ha hecho a mis lecturas sobre Vietnam, esta vez en inglés. En su extensa librería, fundamentalmente en inglés que es su lengua materna, hay temáticas muy variadas aunque destaca la sección de la II Guerra Mundial.

El primero de los libros mencionado fue difícil de leer, entre otras cosas por el tamaño de la letra de este ejemplar, a mi edad hay ediciones de bolsillo que no merecen la pena. También fue un escollo el idioma y el estilo del autor. Pero completé la lectura y se lo devolví al dueño para no perder su amistad o entrar en la lista de sus enemigos. Le comenté que no estaba segura de haber captado todos los detalles de la historia; y que, a mi modesto entender, más allá de los personajes y sus relaciones, el libro planteaba algunas implicaciones políticas que a mí se me escapaban. Él, versado en temas literarios, me respondió que el periodista americano representaba el idealismo de que US podía manipular las cosas a su antojo, ignorando las culturas y las tradiciones, y que ellos lo podían hacer mejor allí donde los franceses habían fracasado. Por su parte el otro protagonista, de más edad y británico, con su cinismo, representaba el poder imperial anterior que también comenzó con la idea de que podía controlar todo. Así que en la trama aparece un hombre mayor celoso y que no quiere perder a su joven amante vietnamita frente al joven americano.

El personaje femenino no tiene mucho espacio ni desarrollo, y en cambio a mí me hizo pensar en el papel de las mujeres en ese escenario. Hay muchas referencias de soslayo a los fumaderos de opio, a la prostitución, a las mujeres que se quedaron solas con hijos de los extranjeros allí destinados; pero en este libro la mujer no tiene protagonismo.

A medida que avanzaba la trama yo iba situando en el mapa cada localización, según los movimientos de los corresponsales de guerra de norte a sur.  Anoté algunas sugerencias para visitar en Saigón, como el Hotel Continental en la Rue Catinat (en la foto). En cualquier caso, no creo que tenga mucho tiempo disponible para esta visita, la estancia en Saigón será brevísima y el Palacio de Correos tiene preferencia por mi afición a las postales; eso merecerá una publicación propia más adelante.

Quizás esto no alcanza a ser una reseña de un libro, sólo mi experiencia de lectura, pero esa es la intención. Estad atentos que en la siguiente entrada, os cuento algo de la historia de la chica de la foto más famosa de la Guerra de Vietnam

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