La luz del amanecer permite dibujar tu perfil.
Los ojos, los labios, s?lo se adivinan.
A veces, seg?n te gires, tu nariz y tu ment?n?muestran un perfil anguloso.
Pero no hay que adivinar tus caricias, tus manos recorren mi espalda de forma pausada.
Caricias que hacen vibrar, que despiertan el deseo como el amanecer despierta la actividad de la ciudad.
Amanece.
La luz llega tras el anuncio que hicieron los p?jaros que habitan en los ?rboles de la calle.
Amanece y nos estremecemos abrazados.
Amanece y nos preparamos para volver a los quehaceres.
A las obligaciones.
Las caricias permanecer?n en mi piel como tu perfil en mi recuerdo.
Amanece.
Hay luz.
Hay despedida.
Hasta pronto.
Amanece y la luz disipa las sombras que imaginamos, nuestros sue?os, idealizaciones, imaginaciones? o qui?n sabe si vivencias; todo se esfuma y desaparece.
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